Dom Georges Saget OSB: el artista detrás de los frescos de la abadía de Keur Moussa
Los frescos de la abadía de Keur Moussa, creados por Dom Georges Saget OSB en 1963, unen la tradición benedictina con el lenguaje visual africano. Siguen siendo fundamentales para la vida espiritual y cultural de la abadía.
9 octubre 2025
La decoración mural de la abadía de Keur Moussa, fundada en 1961 por monjes de Solesmes, es obra de Dom Georges Saget OSB (1915–1993). Antes de entrar en la vida monástica, se formó como ingeniero químico, pero su verdadera vocación surgió al servicio de Dios y de la Iglesia a través del arte. Enviado a Senegal al comienzo de la fundación, se dedicó al embellecimiento de la nueva iglesia de la abadía antes de trasladarse a la abadía de Clervaux en Luxemburgo, donde sirvió como bodeguero durante 25 años hasta su muerte.
Los frescos de Saget en Keur Moussa son más que una decoración. Como ha explicado el hermano Thomas Pikandieu Gomis OSB en su comentario sobre los frescos, son una confesión de fe en imágenes. Utilizando motivos geométricos extraídos de los lenguajes visuales africanos —círculos, diamantes, triángulos y patrones rítmicos—, creó un ritmo visual que habla tanto de la historia bíblica como de la memoria cultural de África Occidental. El efecto es a la vez monástico y local: una invitación a la oración moldeada por la resonancia de los símbolos africanos transfigurados en significado cristiano.
La Virgen María aparece en todos los frescos, lo que refleja la dedicación de la abadía al Inmaculado Corazón. Se la representa como la primera que recibió el misterio de Cristo, sus vestiduras enriquecidas con diseños circulares que significan la eternidad y la alianza. Esta presencia visual subraya su papel como guía e intercesora, acompañando a los fieles hacia el misterio celebrado en la liturgia.
Hoy en día, la abadía de Keur Moussa es conocida en todo el mundo no solo por sus frescos, sino también por su canto litúrgico, que combina los modos gregorianos con el sonido de la kora africana. Los visitantes se encuentran con una comunidad de monjes profundamente arraigada en la

















