El Papa León XIV se dirige a los vallombrosanos
El Papa León XIV dio la bienvenida al recién elegido Abad General y a todos los participantes en el Capítulo General de la Congregación Vallombrosana el 28 de junio de 2025, instándoles a mantener la fidelidad a la sencillez del Evangelio.
Foto (recortada): San Giovanni Gualberto. Neri di Bicci. Santa Trinita. Florencia por Baldiri - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0
30 junio 2025
En un tono pastoral y mesurado, el Papa León XIV expresó su gratitud por el testimonio vallombrosano: “vuestra vida monástica… recordando a toda la Iglesia la primacía de Dios como fuente de alegría y fundamento de la transformación personal y social”. Inspirándose en su fundador, San Juan Gualberto, reconoció la fragilidad inherente tanto a los comienzos monásticos como a las comunidades actuales. Sin embargo, reafirmó: arraigada en el Evangelio sin adornos —sine glossa—, la fragancia de su belleza perdura.
Destacando la continua llamada a la renovación, el Papa hizo referencia a las palabras de San Pablo VI de 1973 sobre el establecimiento de un novum institutum que regresa a la oración genuina y a la vida apostólica; esto sigue siendo “fermento de vida nueva”. Se hizo eco del Papa Francisco al enfatizar la vocación continua del Vaticano II: superar el autorreferencialismo, abrazar la pobreza, escuchar a los pobres y fortalecer la comunión, particularmente con otras congregaciones benedictinas, para permanecer fieles a la Regla mientras se compromete con el mundo actual. Concluyó con un alentador estímulo e impartió su Bendición Apostólica.
La congregación vallombrosana: una breve historia
La Congregación Vallombrosana fue fundada a principios del siglo XI por San Juan Gualberto, un noble florentino que experimentó una profunda conversión después de perdonar al asesino de su hermano. Buscando una vida de mayor fidelidad al Evangelio, estableció el monasterio de Vallombrosa en las colinas de la Toscana, formando una comunidad marcada por la disciplina ascética, la estricta observancia de la Regla de San Benito y un compromiso con la reforma de la Iglesia.
La congregación creció rápidamente en la Edad Media y desempeñó un papel notable en la lucha contra la simonía. Fue una de las primeras en organizar hermanos legos para apoyar la vida monástica. Aunque experimentó un declive en siglos posteriores, la congregación perdura hoy como parte de la Confederación Benedictina, con su casa madre todavía ubicada en Vallombrosa y un pequeño número de monasterios que continúan su legado espiritual.
La exhortación del Papa León invita a la Congregación Vallombrosana a prestar atención a sus orígenes con renovada sencillez, unidad y presencia profética. Fundamentados en su rica historia —desde la misericordia y la reforma de Juan Gualberto hasta la influencia medieval—, están llamados hoy a una fidelidad vivida que hable con fuerza a la cultura contemporánea.

