El 28 de febrero de 2025, desde el Hospital Gemelli, el Papa Francisco transmitió un mensaje sincero a los participantes del curso "Vivir la acción litúrgica en plenitud" en el Ateneo Pontificio Sant'Anselmo. El Papa amablemente quiso enviar el texto del discurso que habría pronunciado en persona en la audiencia especial que se había concedido a los participantes del curso. A pesar de su sufrimiento físico, el Santo Padre enfatizó la importancia de profundizar en la comprensión litúrgica, en consonancia con el llamamiento de su Carta Apostólica Desiderio desideravi.

Destacó que los responsables de las celebraciones litúrgicas sirven como guías para la vida de oración de la comunidad, trascendiendo los roles de meros funcionarios. Deben ser educadores que enseñen humildemente el arte de la liturgia, guiando a los fieles a través de la experiencia sacramental. Su función implica preparar sabiamente cada celebración, asegurando que sirva al bienestar espiritual de la asamblea y traduciendo los principios teológicos a la práctica.

El Papa Francisco instó a estos líderes a promover un estilo litúrgico que refleje la sencillez y la humildad de seguir a Jesús, evitando la grandeza innecesaria. Les animó a desempeñar sus funciones discretamente, sin buscar reconocimiento, encarnando el sentimiento del salmista: "No a nosotros, Señor, no a nosotros des la gloria, sino a tu nombre solamente".

Les recordó que el cuidado de la liturgia consiste fundamentalmente en nutrir la oración y facilitar los encuentros con el Señor. Inspirándose en Santa Teresa de Ávila, describió la experiencia mística como el amor transformándose en sabiduría: una mezcla de entendimiento divino y humano. Esta doble sabiduría se cultiva a través de la oración, el estudio y la escucha atenta.

La comunidad académica del Anselmianum expresó su profunda gratitud por el mensaje alentador del Papa durante este momento difícil. Se unieron a él en oración y afecto, comprometiéndose a seguir rezando por su pronta recuperación.